El sábado 11 de mayo, un grupo de 20 personas se acercó a la vida de San Isidro. Visitaron diferentes lugares que guardan memoria de su presencia en Madrid.
La ruta se enmarca dentro de las celebraciones que conmemoran el IV centenario de su beatificación. Comenzamos el día acudiendo a la Capilla de la Cuadra. En ella, la tradición sitúa el lugar donde los Vargas tenían guardado su rebaño, cuidado por el Santo.
Esta Capilla, generalmente cerrada al público, fue abierta para nosotros gracias a la generosidad de Don Jorge Matas, Consiliario de Peregrinos de la Real Congregación de San Isidro.
Don Jorge nos dio acceso, en la Colegiata, al camarín donde reposan San Isidro y Santa María de la Cabeza. Tuvimos el privilegio de rezar ante sus cuerpos.
Acto seguido, una breve explicación de la iglesia en donde nos encontrábamos dio paso a la visita al Museo de San Isidro, que alberga la casa de la familia Vargas. Allí trabajó y murió: de ello da fe la capilla que en su honor se levantó.
En el mismo lugar, contemplamos el pozo del milagro, donde el Santo salvó de la muerte a su hijo.
Tras esto, visitamos San Andrés, la antigua Capilla de San Isidro, donde reposaron sus restos. Además fue su parroquia mozárabe.
Concluimos la mañana en la Capilla del Obispo, joya del gótico tardío y del renacimiento castellanos, encargada por los Vargas para albergar, durante algunos años, al que fuera siervo de su familia.